miércoles, 23 de octubre de 2013

JARDIN

JARDIN

EDUCACIÓN JARDÍN INFANTIL

La educación infantil temprana es el nombre que recibe el ciclo de estudios previos a la educación primaria obligatoria establecida en muchas partes del mundo hispanoamericano. En algunos lugares, es parte del sistema formal de educación y en otros es un centro de cuidado o jardín de infancia y cubre la edad de 0 a 6 años.
Esta institución establecida se le conoce de diversas formas, si forma parte del sistema educativo, se denomina escuela infantil, en caso contrario, tiene varios nombres: guardería, jardín de infancia, jardín infantil, parvulario, kínder, kindergarten, jardín de infantes, etc. Los primeros años de vida en el ser humano son fundamentales para el desarrollo futuro de las habilidades requeridas, es por eso que la etapa infantil debe ser estimulada en todos los sentidos, creando o generando aprendizajes que en la vida futura serán básicos para el aprendizaje.
La Educación Iniciales la educación que el niño recibe en sus primeros años de vida (0-6), ésta es una etapa muy importante en el desarrollo del niño, ya que se le puede despertar sus habilidades físicas y/o psicológicas, su creatividad, se le puede enseñar a ser autónomo y auténtico; que más adelante le pueden servir para abrirse mundo por sí solo. Para ello se han puesto en marcha distintos programas que apoyen en el aprendizaje de los niños, tomando teorías pedagógicas: Jean Piaget, Vigotski, Freud, Froebel, Montessori. Entre otros. la Educación Inicial es un derecho de los niños; se puede ver como una oportunidad de los padres de familia para mejorar y/o enriquecer sus prácticas de crianza y lograr una crianza de calidad, sin olvidar también el compromiso del personal docente y de apoyo para cumplir con los propósitos que se hayan planeado.
Con la educación inicial se pretende garantizar un desarrollo armónico del niño, para ello se cuenta con un programa pedagógico y su operación compete a todos los adultos que se relacionan y ejercen una influencia en los menores, pueden ser sus familiares o personal especializado en educación. Se brinda en dos modalidades: escolarizada y no escolarizada .La escolarizada: se ofrece a través de los Centros de Desarrollo Infantil (CENDI) donde se da atención a los hijos de madres trabajadoras de núcleos urbanos. La modalidad no escolarizada que se maneja en el Instituto no requiere de instalaciones, puesto que es un programa dirigido a la capacitación de padres y madres para que eduquen adecuadamente a sus hijos, dicho programa se opera esencialmente en comunidades rurales, urbano marginadas e indígenas.
¿CÓMO ELEGIR EL JARDÍN INFANTIL ADECUADO?
Los jardines juegan un papel primordial en la formación de los niños, ya que es el espacio fuera del círculo familiar donde los niños adquieren las primeras habilidades necesarias para la vida social, tales como negociar, relacionarse, ceder y defender puntos de vista, que determinarán sus interacciones en el futuro.
Actualmente, son diversas las metodologías pedagógicas que son ofrecidas a los padres, pero según Andrés Gaitán, docente de la Facultad de Educación de la Universidad Pedagógica Nacional, lo primero que se debe tener en cuenta a la hora de inscribir a los hijos en un jardín infantil son las necesidades de los niños y las expectativas de los padres, puesto que «no se trata de que los niños sean para el jardín, sino que el jardín se acomode a las necesidades del niño y cumpla con las expectativas de las familias. Es decir, inicialmente se debe evaluar la capacidad que tiene el jardín para dar respuestas a las necesidades del niño y no al contrario, si el niño es suficientemente bueno para el jardín».

Aunque no existe una manera precisa de identificar qué jardines tienen la capacidad de ajustarse, adaptarse y transformarse en función de los niños, Andrés Gaitán recomienda tener presente:


· Qué tan cómodo se siente el padre con el jardín:
 esto tiene que ver más con las emociones y permite conocer si un padre confía en este espacio. Esta primera aproximación a partir de la capacidad de observar desde el conocimiento de los padres, también hace posible identificar cómo se relacionan los niños con ese nuevo lugar. Las primeras reacciones de un niño frente al jardín dan pistas sobre lo que sería su vida en él.

· Un jardín que esté centrando su trabajo en que los niños aprendan una serie de habilidades escolares antes de tiempo probablemente sea muy bueno para los padres que estén interesados en criar a su hijo desde la perspectiva de la competitividad, pero no es el más apropiado para los niños. Un jardín indicado es el que respete los ciclos y los tiempos de aprendizaje en los niños, es decir, una institución que no desee demostrar que los niños aprenden a leer más rápido allí que en otro lugar.



¿Qué debe ofrecer un jardín infantil?
Para lograr dar respuestas a las distintas necesidades de los niños y a los distintos contextos, existen diversas aproximaciones metodológicas que respetan el proceso de aprendizaje en los niños, estimulan el trabajo en equipo y la creatividad, ponen a los niños en contacto con lo estético y lo ético e incluyen actividades de tipo físico, emocional y social. Es necesario que los niños cuenten con espacios lúdicos y espacios que respondan a otras necesidades, porque necesitan actividades y lugares que estén dedicadas al goce y el juego, pero en otros momentos necesitan actividades más académicas. «El jardín no puede ser tampoco reducido a un lugar de juegos y lúdica, también debe contener otras actividades que propicien el desarrollo social, comunicativo y motriz» afirma Gaitán.

En lo relativo a las habilidades académicas,también es importante generar los primeros acercamientos al texto escrito, esto no quiere decir que el niño lea sino que se relacione con este proceso a partir de actividades como la lectura en voz. «Estas actividades deben reconocer los primeros garabateos como escritura y las primeras interpretaciones de material gráfico como primeros actos de lectura. Estos acercamientos nunca deben ser en actividades como hacer planas u obligarlos a que intenten comprender un texto, pues estos serán intentos fallidos que pueden incluso frustrar a los niños», comenta Gaitán al respecto. Igualmente sucede con otros aspectos cognitivos como las nociones de causalidad, de cantidad y número, el jardín debe respetar el proceso de cada niño al acercarse a estos temas.



¿Cuál es la edad adecuada para que un niño ingrese al jardín?
Actualmente existe un debate sobre cuál es la edad adecuada para que un niño ingrese al jardín, frente a lo que Andrés Gaitán sugiere que este proceso inicie hacia los dos o dos años y medio de edad: «Hoy en día y en espacios urbanos, esta edad es recomendable, especialmente por las situaciones sociales que deben enfrentar los niños cuando ingresan al colegio. Pero si existe una necesidad familiar, el niño puede ingresar a un jardín incluso desde sala cuna, pero estos casos especiales deben ser muy cuidadosos al elegir el lugar donde van a cuidar al niño".

Un niño que no haya pasado por el jardín llegaría a la escuela en condiciones de desventaja, no cognitiva, sino social, sentimental, comunicacional y motora. A pesar de que los padres hagan esfuerzos por desarrollar estas capacidades en el hogar, es muy difícil reemplazar el contacto que tienen con otros niños y con adultos que no pertenecen a su círculo familiar. Según explica el profesor Gaitán, a estos niños cuando ingresen a la educación formal, se les dificultará relacionarse con otros niños que sí han pasado por preescolar.


¿Cómo deben afrontar los padres las transiciones de la casa al jardín y del jardín al colegio?
 Los padres deben apoyar a los niños en estos procesos de transición y tener la confianza de que serán capaces de resolver los retos que se les van a presentar. Además, los padres deben que tener claro que en estos procesos sus hijos están dando sus primeros pasos de autonomía y son los padres los que deben hacer su duelo sin incluir a los niños, para evitar situaciones de crisis. «Usted como padre no debe hacer nada que el niño es capaz de hacer, cada vez que el niño es capaz o intenta hacer algo, empieza a dar sus primeros avances de autonomía. La vida de los niños es un tránsito constante hacia la autonomía y el papel de los padres es motivarlos y no retenerlos» dice el profesor Gaitán.
Cuando los niños son sobre protegidos y se les impide crecer en la autonomía, se presentará continuamente el rechazo hacia el jardín o la escuela y ellos buscarán regresar a la casa protección, incluso el niño puede llegar a inhabilitarse frente los retos que le presente su vida social.

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